La línea de Cortazar [Ejercicio]
Allí baja por la media de nilón de cristal...
siguiendo por encima y por debajo de la calle según las marcas blancas en el asfalto, hasta alcanzar el grupito de escolares reunidos frente a la catedral, subiendo y bajando por sus camisas, salta a la sotana del sacerdote que les da la charla del que escapa por la costura trasera. Recorre la pared arriba y abajo siguiendo las letras impresas de los carteles de conciertos hasta enrollarse en las hojas de la puerta giratoria del edificio de correos, sube por los mostradores y da la vuelta sobre cada uno de los tampones de cobrado que ocupan los escritorios hasta encontrar el cable de la electricidad que se la lleva dentro de un gran almacén con estantes llenos de paquetes que la línea recorre en orden alfabético, entra dentro de la estantería de la L para recorrerla en ángulo recto. Si se mira tras los estantes que corresponden a la M ella abandona las cartas apiladas y los paquetes para volver una vez más al suelo donde encuentra refugio entre el zócalo y la pared, mezclándose con los cables de fibra óptica y las tuberías del gas hasta llegar a la esquina más alejada de la sala donde da vueltas y vueltas entra trastos viejos y chatarra: ruedas dentadas que recorre a sobresaltos y engranajes que recorre desencajada; hasta llegar a un viejo telégrafo que aún por las noches, sólo y sin que nadie le escuche, la va troceando y transformando en palabras.
¿Alguien se atreve a dar otro recorrido para la línea a partir de la primera frase en cursiva?
Resulta un ejercicio realmente curioso.
Hasta otra ocasión.
siguiendo por encima y por debajo de la calle según las marcas blancas en el asfalto, hasta alcanzar el grupito de escolares reunidos frente a la catedral, subiendo y bajando por sus camisas, salta a la sotana del sacerdote que les da la charla del que escapa por la costura trasera. Recorre la pared arriba y abajo siguiendo las letras impresas de los carteles de conciertos hasta enrollarse en las hojas de la puerta giratoria del edificio de correos, sube por los mostradores y da la vuelta sobre cada uno de los tampones de cobrado que ocupan los escritorios hasta encontrar el cable de la electricidad que se la lleva dentro de un gran almacén con estantes llenos de paquetes que la línea recorre en orden alfabético, entra dentro de la estantería de la L para recorrerla en ángulo recto. Si se mira tras los estantes que corresponden a la M ella abandona las cartas apiladas y los paquetes para volver una vez más al suelo donde encuentra refugio entre el zócalo y la pared, mezclándose con los cables de fibra óptica y las tuberías del gas hasta llegar a la esquina más alejada de la sala donde da vueltas y vueltas entra trastos viejos y chatarra: ruedas dentadas que recorre a sobresaltos y engranajes que recorre desencajada; hasta llegar a un viejo telégrafo que aún por las noches, sólo y sin que nadie le escuche, la va troceando y transformando en palabras.
¿Alguien se atreve a dar otro recorrido para la línea a partir de la primera frase en cursiva?
Resulta un ejercicio realmente curioso.
Hasta otra ocasión.
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